Al acecho de formas que acomoden mi entendimiento.

martes, 30 de junio de 2009

What´s your favorite color, baby?

En las escuelas de Buenos Aires los chicos deberían pintar los ríos de
color marrón.
¿Porqué someterlos a un esfuerzo cromático imaginativo tan grande?
Y entonces critican a los adolescentes que atropellan gente en los
videojuegos, mientras ellos vacían el cenicero por la ventanilla de sus
autos.
¿Vendrá de ahí nuestra creatividad? Tenemos tan explotada la
capacidad de adaptación frente a la irrealidad diaria, que nada puede
detenernos.
En el siglo XIX se abrió la puerta a los inmigrantes, pero nos pusimos
de espaldas al río que los traía. ¡Linda manera de recibir a la gente!
Y esos mismos inmigrantes, tiempo después, terminaron siendo
moldeados a imagen y semejanza de quienes los recibieron, y entonces
estuvieron dispuestos a acatar e impartir órdenes para que se
cubrieran arroyos, se ganara tierra al río o se construyera un
aeropuerto donde cualquier otro país hubiese proyectado su skyline.
Azul un ala del color del cielo. Azul un ala del color del mar.
Y volvemos a chocar con nuestro mar marrón del Partido de la Costa.
Pero eso es un detalle. El problema es que cantamos “azul un ala” y
pintamos la bandera de celeste.
No hagamos bandera, quizá estemos quemados. Yo ya lo estoy.
Mejor sigo con mi sauvignon blanc, que de blanc sólo tiene la
etiqueta.

Fumo

Tengo hambre y fumo, porque me quita el hambre.
Como mucho y fumo, para hacer la digestión.
Estoy aburrido y fumo, así hago algo.
Estoy a full y fumo, demasiada tensión.
Estoy hablando y fumo, porque necesito una pausa.
Escucho y fumo, para concentrarme.
Te odio y fumo, para odiarte más.
Te amo y fumo, para recordarte mejor.
Espero y fumo, para que se me pase el tiempo.
Llegaron y fumo, para quejarme por su tardanza.
Pienso y fumo, para pensar intelectualmente.
Descanso y fumo, para descansar profundamente.
Tomo alcohol y fumo, porque es imposible no hacerlo.
No tomo alcohol y fumo, porque ¿sino qué hago?
Estoy solo y fumo, para sentirme acompañado.
Estoy acompañado y fumo, para compartir algo.
Tengo frío y fumo, para entrar en calor.
Tengo calor y fumo, porque tengo ganas de fumar.

viernes, 26 de junio de 2009

Mirar Less

Es tan fácil sentirse ajeno a sus vidas!
Verlos es transformarlos en extras de la nuestra.
Imaginar sus formas de pensar, sus dolores, sus falencias, sus dones,
es una tarea ciclópea; un sinsentido para una reflexión que nos
atraviesa en tan solo segundos.
Es bueno que no sufran (pienso). Vidas perfectas que inundan un
parque plagado de actores.
Mi mente volvió a equivocarse: eran personas.
Errores como este suelen arrastrar al pensante hacia un infierno de
sinrazón, de consecuencias devastadoras.
Pero igual miro. No lo puedo evitar.

martes, 23 de junio de 2009

Silencio Stampa

El silencio se potencia, pero sigue siendo silencio.
La angustia podrá encarnarse, pero siempre dolerá en el alma.
La pasión mientras tanto vive de lo que dejó la angustia, se macera
durante larguísimos instantes de silencio y se enciende con el amor
hasta crear su propia identidad.
Sólo el silencio transforma manteniéndose indemne. Siempre seguirá
siendo silencio, sin niveles ni matices.
El sonido lo intenta pero no llega a transformarse en su opuesto. Cede
terreno, pero lo único que logra es romperlo.
No es así el caso del frío que puede ser mayor o menor que el calor.
O la luz, que entabla una lucha de poder permanente contra la
oscuridad.
Pero el silencio no deja lugar a rivalidades: es y debe ser absoluto.
El silencio además de absoluto también es anárquico.
Nos resulta incómodo compartirlo.
Nos duele cuando nos obligan guardarlo.
Nos parece tan antinatural cuando niños, como ansiado en la adultez.
No suele aparecer cuando se lo pide y se hace presente cuando mas se
lo quiere evitar.
Dicen por ahí que el silencio no es propio de nuestro planeta: lo
trajeron unos invasores del espacio como obsequio a los primeros
constructores de pirámides para que atesoraran en su interior a esa
extraña no materia que reinaba en todo el universo, pero que no podía
atravesar nuestra atmósfera.
Claro que siglos mas tarde la imprudente acción de los saqueadores
de tumbas terminó por liberarlo.
Frases como: “ese silencio no era natural”, o “un silencio sepulcral”,
no hacen mas que confirmar la teoría.
Es así, ya es demasiado tarde, el silencio terminó por invadirnos: se
metió en la música, en los templos, en las películas de terror y hasta
en las voces de millones de personas que se hacen llamar mudas, pero
que yo prefiero creer que se trata de mensajeros universales a los que
todavía no supimos decodificar.
Enjoy the silence. ¿Por ahí andará el mensaje?

sábado, 20 de junio de 2009

Angust Young

Sufro de angustia crónica. De esa que no tiene norte. Angustia central,
que me ubica en medio de todo y no deja ver ningún borde. Ciego sin
serlo, y vacío, ocupando 77 kilos de vida.
Se enciende una luz y hacia ella voy, y se enciende una segunda y ya
dudo. Pienso que elijo y me quedo en la duda. Y otra vez se apagan.
Dios! Si por lo menos soplase algo de viento!
¿Y por qué pido tanto? ¿Será que no siento mis piernas?
Mientras renegaba una nueva luz se encendió y no me di cuenta.
Otra vez en esta blanca oscuridad, sabiendo que mañana todo va a
cambiar, el mundo girará en torno a mí, sabrán lo que valgo y me
desearán.
Hace más de mil y una noches que me cuento el mismo cuento. Sigo
vivo, pero sigo acá. Con una esperanza enorme. Con una fe ciega.
Única fe posible en una nada sin bordes.

miércoles, 17 de junio de 2009

ResignaciOn-Off

Sí y solo sí, nadie me ofende.
Sí y solo sí, ninguno me mira.
Sí y tan solo sí, todos me admiran.
Si tan solo pudiera hacer sin pensar en los sís. Dando forma a una vida sin
miedos ni angustias. Con depresiones de formas chatas y dolores
desarmables.
Buscar en mí es atravesar oscuros bosques, con la humedad petrificada en mi
piel y la pena corriéndome detrás.
Un aliento fétido logra alcanzarme pero huyo tan solo por acto reflejo.
Entonces dejo y me entrego a la inercia.
¿Para qué buscar? ¿Qué quiero encontrar?
Una vez me dijeron que el día mas lindo es el que está por venir. Y me decidí
a esperarlo.
Fue así como llegó ese día pero no supe qué hacer. Todo vibraba, y mi
energía estancada esperaba que la inercia me lo hiciera disfrutar.
Ese día descubrí que la inacción te mantiene a salvo, pero no te mantiene
vivo.
Rechazaba los miedos pero también la pasión.
Me resignaba. Pero ya no quiero hacerlo.

Cazadores furtivos