Al acecho de formas que acomoden mi entendimiento.

domingo, 25 de octubre de 2009

Light my fire

Una vez me contaron que sólo el sol podía darnos luz.
Pero por suerte pasó el tiempo, recorrí lugares, y conocí gente.
Entonces descubrí que el sol se volvió artificial frente a lo que yo podía lograr.
Una sonrisa me iluminaba, una cabellera suelta también lograba hacerlo.
Una sonrisa, una mirada, la pitada a un cigarrillo compartido.
Y fui feliz. Porque comprendí que los límites no existían, que el sol podía dar luz, pero que en mí también estaba el poder hacerlo.
No me siento un astro, no me comparo con el creador, pero desde mi humilde existencia puedo generar energía, esperanza, felicidad.
Puedo darme luz e iluminar.
Puedo sentirte cerca sin quemarte.
Puedo soñar y disfrutar de mi imaginación, sabiendo que sólo con intentarlo la vida puede ser distinta.

10 comentarios:

1600 Producciones dijo...

Martí decía: "Todo es gozo cuando se pelea por la luz del mundo" y el mundo, amigo, somos nosotros.

Gracias por otro texto ASÍ de bueno!

Saludos

Juan Marcos dijo...

Gracias a vos por estar, citar y demostrar.

susy dijo...

Muy bello tu escrito. Es verdad, la luz que se puede irradiar desde dentro del corazón, de los ojos, de una caricia, muchas veces encandila al sol.
cariñitos

Juan Marcos dijo...

Gracias Susy por tus palabras, y bienvenida!

Pilar Mandl dijo...

¡Muy bueno! me gusta como te expresas, cómo cuentas... sí me gusta mucho...

Te sigo. —aunque no sé porqué ha salido con la imagen de Mafalda—

Juan Marcos dijo...

Muchas gracias Pilar por tus palabras, y bienvenida.
Lo de Mafalda debe ser por esa niña interna que todas llevan adentro y que aflora en el momento menos pensado.

Pilar Mandl dijo...

Ja, Ja, Ja... es posible :-)

Maria Emilia dijo...

BUENISIMO,,, UNO ES LUZ...BRILLA!
ME ENCANTO TU TEXTO!
SALUDOS
SIKISS

Juan Marcos dijo...

Gracias Sikiss, y bienvenida!

Lila Biscia dijo...

Hermoso lo que decís y la forma de decirlo.
Estoy en una etapa de mirarme, sentirme, descubrir mi propia luz sin mirar tanto hacia afuera. Resingificarse uno a partir de uno mismo.
Poder descurir los propios deseos.
De ahí sale la luz.
De ese lugar que somos nosotros, sale la luz que nos calienta y nos ilumina. Siempre también, agradezco a mis amigos, mis hermanos, que son esa antorcha que nos ayuda a seguir cuando sentimos que estamos ciegos.
Te sigo.
Me gusto y emocionó mucho tu blog.
Estoy contenta de haberlo encontrado.
Un beso.

Cazadores furtivos