Al acecho de formas que acomoden mi entendimiento.

martes, 9 de noviembre de 2010

Staccato

El sol camina y los pies se me queman porque pienso que mi cabeza se aleja y el astro se hunde cuando logro crear ese idilio con lo de allá, descuidando que cerca de mi centro se encuentra todo lo demás.
Entonces subo y bajo y revuelvo y me enfrento a la nada con aquello que me sobra sólo por el hecho de estar, y la nada otra vez, mezclada con tensión, adormecimiento, angustia, y de vuelta las gotas que te espabilan para seguir sometiéndote a un sinfín de mentiras creadas por la nihilidad, y apañadas por el todo que abarca la imaginación.
Cansado ya de tanto sí que no, y de tan oscuro que negro, me sumerjo en otro whisky que no surte efecto y tampoco espero que suceda, total se que nunca pasa, porque internamente no quiero que suceda.
Maldición, otro día hermoso, y yo quejándome por los lentes.
Tan simple, tan complicado, como querer escribir con nubes y subrayar con rayos.
El cielo se me cae encima, pero ya basta. Es tiempo de abrir los ojos y aceptar que yo también estoy volando. (O al menos tengo alas para hacerlo).

3 comentarios:

Lila Biscia dijo...

yo quiero extender mis alas llenas de purpurinas. entonces espero a que se haga de noche, pongo un pie en mi terraza y me suelto.
Cuando abro los ojos,todo se ve chiquito, menos mis pies...

besos

Juan Marcos dijo...

Siempre al abrir los ojos todo se ve mas chico!
Lila, gracias por seguir comentando.

Jorgelina dijo...

me encanto, hacés una instantánea pero con palabras. sos muy groso. Gracias por compartir-te

Cazadores furtivos