Blanco Ala

Cuantas veces entregamos nuestra alma, la dejamos al resguardo de terceros, la ponemos en sus manos, la desnudamos sin desnudarnos.
Cuantas voces se levantan en contra del uso del cuerpo, restringen su goce, lo denigran; mientras exoneran con tan solo un par de oraciones la suciedad que inunda el espíritu.

Te puedo mostrar mis miserias, pero por favor date vuelta que me debo cambiar.
Te hundo en mis sueños, pero no fantasees con mi placer.

Y así seguimos, resguardando el manjar de los gusanos, mientras nuestro lado eterno se ensucia libremente.
Quizás ahí radiqué el motivo por el que nos desbordan los comerciales de jabón en polvo.

Por eso es que hoy quiero brindar por una vida con más polvo del bueno, jabones en pastillas y alas abiertas que nos lleven a cumplir mas fantasías.